Primer desafío: Seguridad
La región Metropolitana tiene un gran desafío desde el punto de vista de la seguridad: participar activamente en la prevención del delito. Cuarenta de las setenta comunas con más delitos del país están en la región. Cuando se le pregunta a la ciudadanía, la preocupación principal es la seguridad. La encuesta de Paz Ciudadana -para el año 2019- da cuenta de un aumento del número de delitos en mayor proporción que a nivel nacional y de un aumento en la sensación de temor, que para la vida cotidiana es como si hubiera aumentado el delito.
Prevención de los delitos
El Gobierno Regional puede jugar un gran rol de coordinación. Desde su creación, la Subsecretaría de Prevención del Delito destina varios miles de millones de pesos a las comunas prioritarias en temas de delincuencia. El GORE Metropolitano, por su parte, financió en 2019 más de 100 proyectos ciudadanos -a través del 2% del Fondo de Desarrollo Regional que corresponde a Seguridad Ciudadana- lo que implicó más de 2.000 millones de pesos. Aquí entra en juego la autarquía y la falta de coordinación. La Subsecretaría de Prevención del Delito, por ejemplo, en la actualidad no conversa con la Intendencia. Los alcaldes se adjudican los fondos y los implementan en sus comunas. ¿Alguien revisa que esa acción que la municipalidad emprende esté alineada con las necesidades generales de la región en materia de seguridad? ¿Con las de las comunas colindantes? La respuesta es negativa en ambos casos.
Seguridad comunitaria e intervenciones sociales
Pero tal vez el desafío más fundamental que puede abordar un Gobierno Regional es, justamente, el de la prevención. Creo que en lo que se refiere al entorno social, al comunitario, al trabajo con niños y adolescentes, podemos hacer mucho y ser muy eficaces. En el tema de qué hacer con los adultos que ya han cumplido su condena, también. El delito tiene múltiples causas, diversas disciplinas intervienen en el control y la prevención y muchos sectores del gobierno inciden en sus diversas etapas. Parte de lo que aprendí como autoridad regional tiene que ver con qué ocurre, por ejemplo, con el entorno familiar de la persona que delinque y cae presa. Algunos de estos casos debemos tratarlos en el Gobierno Regional en una mesa de alta complejidad.
Coordinación intersectorial
Apresto Laboral: es un proyecto especial de un organismo colaborador del Sename para niños que delinquen y que los capacita en oficios. Disponía de 60 cupos, pero sólo se habían ocupado 50. Una de las exigencias era que los chicos tuvieran octavo básico cursado y, por lo general, los niños que delinquen tienen un rezago de cinco años en educación. Esos diez puestos pueden parecer pocos, pero en el marco social en el que este tema está inserto, un solo puesto que no se ocupe es mucho: esos diez niños están en la calle y sus vidas, aunque los recursos existían, no tuvieron la oportunidad de ser intervenidas cuando aún se pueden lograr cambios. Dentro de la crisis de la política y de la gestión del Estado, este es un tema que no está en la discusión pública. Pero creo que una de las labores de un Gobierno Regional puede ser, justamente, relevarlo. El nivel regional puede asumir la dimensión no-policial de la seguridad y la lucha contra la delincuencia.